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Entrevista con

Francisco Vázquez

Autor: Francisco Vázquez

Se están cayendo todos los esquemas previos del diseño de espacios corporativos; hay que cambiarlos todos.

“Es el momento; las áreas de personas de las organizaciones deben coger una hoja en blanco”. Son las palabras de Francisco Vázquez, arquitecto con 30 años de experiencia en el diseño de espacios corporativos. “No se trata de tunear el pasado”, explica, “estamos construyendo una nueva normalidad, un nuevo orden social”. Para el experto, el fenómeno del trabajo ha ordenado siempre nuestras vidas, por o que la adopción de un trabajo flexible también transformará la manera en la que vivimos. Y también contribuirá a un cambio en la sociedad en los ámbitos de la sostenibilidad, la accesibilidad o la inclusión.

Así lo declara Vázquez, fundador de 3g Smart Group, en su participación en el foro Nuevas Formas de Trabajar promovido por Aedipe. Según él, ahora mismo “·se están cayendo todos los esquemas previos del diseño de espacios corporativos; hay que cambiarlos todos”.

Considera que esto es una importante oportunidad. “Estamos en un ‘momentum’ como sociedad para cambiar a un mundo mejor”, asegura. “Las áreas de talento tienen un proyecto precioso entre manos, con un impacto social y sobre las personas brutal que es el modelo flexible. Ahora deben definirlo, estructurarlo y facilitarlo”. Algo que, apunta, “tiene un impacto en el mundo” en cuanto a “desplazamientos, contaminación, o conocer a nuestros hijos”.  Eso sí, es un proyecto precioso pero “de mucha responsabilidad”, advierte.

Los nuevos espacios corporativos

Pero, ¿cómo serán los espacios corporativos que se usarán en las nuevas formas de trabajar? Francisco Vázquez asegura que la concepción de los lugares físicos de trabajo ha cambiado mucho en los últimos años y seguirá haciéndolo.

“El puesto de trabajo tradicional se va a usar mucho menos”, explica. “No voy a ir a la oficina a hacer algo que puedo hacer desde otro sitio”. Habrá, por tanto, “menos espacios físicos de trabajo” en las oficinas, lo cual no quiere decir que no los haya, porque “habrá gente que quiera seguir yendo. Estamos hablando de algo voluntario y flexible”.

Dicho esto, el experto ‘dibuja’  para nosotros cómo serán esos nuevos espacios para trabajar:

-Menos puestos de trabajo tradicionales

”Ahora tengo un 80% de espacio dedicado a mesas, a cubículos, a despachos y a puestos de trabajo”, explica. Eso se va a reducir en un 20 o un 30 %, asegura. “Yo quitaría la mitad o dos tercios de las mesas actuales”.

-Mantener o ampliar zonas de reunión

“Las salas de reunión las conservaría, incluso ampliaría algún espacio cerrado de colaboración”, comenta Vázquez.

-Más espacios de socialización

Es una de las claves en el modelo que plantea el experto.  El espacio ‘café’ y de socialización. “Cuando yo iba a la Universidad, hace 30 años,  si había faltado varios días, lo primero que hacía era pasar por el bar, para recoger apuntes y enterarme de lo que había pasado”, recuerda Vázquez. “ Pues en la sede corporativa es lo mismo”. Ese es el concepto, explica. “Tengo que ver a todo el mundo, mantener esas conversaciones de pasillo, tomar el café.” Antes, cuando se diseñaban esos espacios, había gente que pensaba que era “un cachondeo de oficina”. Pero los tiempos han cambiado. Necesitamos esos espacios “para socializar y realizar la función de colaboración, el trabajo en equipo”, algo que “de manera remota es más difícil”.

Ahorro para la empresa

Es otra de las claves de esta transformación. Según los cálculos de Francisco Vázquez, los nuevos espacios corporativos pueden tener hasta un 40% menos de metros cuadrados, “con mejores oficinas”. El planteamiento ahora, explica, “no es cómo tener el espacio de trabajo más pequeño posible, ahora tendré nuevas oficinas con un espacio abierto, de cafetería, de salas, que voy a poder aprovechar”.

Y si estamos pensando en un espacio de trabajo de unos 10.000 metros cuadrados al que reducimos un 30 o 40% del espacio, las cuentas de Vázquez arrojan un ahorro de unos “2 millones de euros al año”. De ahí que las empresas estén dispuestas a realizar estos cambios hacia modelos de trabajo flexibles. “El CEO y el departamento financiero lo están viendo, y esto está impulsando a tirarse ya a la piscina”.

Y es el momento de hacerlo, después de la pandemia. “Las personas están empezando a volver a las oficinas y algunas organizaciones están cometiendo el error de tenerles de nuevo allí de 9 a 5”, dice Vázquez. Algo que no gusta a muchos trabajadores.  “La gente está preocupada”, explica, pensando en cómo va a cambiar otra vez su vida. “Piensan: si ahora puedo llevar a mi hijo al colegio todos los días y después no sé qué va a pasar”. hay, por tanto, según el experto, “urgencia” en realizar esos cambios hacia un trabajo flexible con espacios corporativos diferentes.

¿Puestos no asignados?

La tendencia nos llevará a tener puestos de trabajo no asignados a una persona en concreto. “Tiene la ventaja de que generas barrios y todo se autoasigna, ex flexible en sí mismo”. Aún así, Vázquez es partidario de escuchar al trabajador y, “si alguien tiene un puesto asignado que quiere mantener en la oficina porque quiere estar en el mismo sitio siempre, habrá que dejarle. ¿Por qué lo voy a cabrear?”

Lo importante es que la gente “crea en los cambios, pero tiene que haber un porqué un un para qué de las cosas que se hagan”. Según Francisco Vázquez, para conseguirlo hay que realizar una reflexión y “poner a las personas en el centro”. “Los arquitectos hemos aprendido”, argumenta, “qué es la co-creación, el diseño con las personas y para las personas”. Es algo que “se puede hacer, hay metodologías”.

De esta manera, las personas sienten que “es el espacio que ellos han decidido y lo escogen mucho mejor”.  Eso sí, “la organización y la estrategia marcan el campo de juego”. Y una vez establecido ese campo, “se puede jugar a muchos juegos en él”. “Dejemos a las personas que decidan”, siempre dentro de esas “líneas rojas básicas”.

Pero “es importante hacer algo”. No puedes pretender cambiar y “no hacer nada”, advierte Francisco Vázquez. Y tranquiliza a las empresas: “ que no piensen que hay que hacer grandes remodelaciones; se están realizando acciones de ‘cirugía’, quitando estas mesas de aquí, cambiando ese otro espacio…” No es necesario “estar esperando un presupuesto de millones” para empezar a cambiar. Pero es fundamental que las personas de la organización vean “que algo está pasando”. Y eso es más fácil si estamos transformando el espacio de trabajo, porque es algo que se ve.

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